El Estado de Flujo no es para la CMF. Es para ti.

En la mayoría de las empresas, los reportes mensuales giran en torno al balance general y al estado de resultados.

Sin embargo, hay un tercer estado financiero, a menudo subutilizado, que puede marcar la diferencia entre una decisión acertada y un problema de liquidez: el Estado de Flujo de Efectivo (EFE).

Aunque la presentación del Estado de Flujo de Efectivo es obligatoria solo para ciertas empresas, como las fiscalizadas por la CMF o las que reciben fondos públicos, conocerlo y prepararlo puede abrir muchas puertas, incluso cuando no es un requisito legal.

¿Y por qué toco este tema?

Porque, desde mi experiencia en TecnoManquehue (proveedor de #FGGestión, un sistema especializado en calcular de manera automática el EFE vía método directo), he visto cómo el Estado de Flujo de Efectivo puede dejar de ser un reporte complicado y convertirse en una herramienta práctica y accesible para la gestión financiera, especialmente cuando se cuenta con sistemas que lo calculan automáticamente.

Uno de los ejemplos más interesantes, que nos ha tocado de cerca, es el caso de un holding de producción y comercialización de alimentos que, cuando conoció y comenzó a usar el sistema, incorporó sus informes rápidamente en sus decisiones operativas, incluso solicitando versiones semanales del EFE, porque ver y conocer exactamente cómo se movía el efectivo dentro de cada una de sus unidades de negocio, se convirtió en una brújula para la gestión financiera del holding.


Ahora, ¿Qué es el Estado de Flujo de Efectivo?

Es un informe financiero que muestra todas las entradas y salidas de dinero efectivo de una empresa durante un período determinado. Clasifica el efectivo según su origen:

  • Operación: Entradas y salidas relacionadas con la actividad principal, lo que entra por vender productos o servicios, y lo que sale para operar (sueldos, pagos a proveedores, arriendos, etc.).
  • Inversión: Lo que se paga o se recibe por comprar o vender activos como máquinas, vehículos, terrenos, etc.
  • Financiamiento: Lo que entra por préstamos o aportes, y lo que sale por pagar deudas o repartir utilidades.

Esta clasificación ayuda a entender no solo cuánto dinero hay, sino cómo se genera o consume, facilitando la evaluación de la liquidez y la capacidad para cumplir con obligaciones.

¿Por qué vale la pena saber más del Estado de Flujo de Efectivo?

Aunque no todas las empresas están obligadas a presentarlo, el EFE aporta muchos beneficios para distintos roles dentro de cualquier empresa, por ejemplo:

  • Un jefe de contabilidad: podrá entregar un reporte con una visión completa, que incluiría liquidez real, no solo patrimonio o resultados.
  • Un gerente de finanzas:  puede contar con una guía para responder preguntas claves: ¿Estamos generando caja con la operación o sobreviviendo a préstamos? ¿La inversión se está financiando con excedentes o con deuda? ¿Podemos tomar decisiones financieras hoy, sin esperar el cierre del mes?
  • Un emprendedor y dueño de pyme: podrán usar el EFE para postular a financiamiento, presentarse ante inversionistas, competir en licitaciones, y negociar con proveedores o nuevos socios.

En resumen: el EFE no es solo un informe contable, es una herramienta de control de gestión, que puede marcar la diferencia en la toma de decisiones y la salud financiera de una empresa.

¿Por qué no se usa más?

Una razón práctica: calcular el EFE requiere un análisis profundo del efectivo, lo que puede ser más complejo que otros estados financieros.

Hay dos formas de armar un EFE:

• El método indirecto (más común): Parte desde la utilidad del estado de resultados y ajusta por movimientos sin uso de efectivo. Es más rápido, pero menos preciso y menos útil para gestión diaria.

• El método directo: Es más útil para la administración porque muestra exactamente cada entrada y salida real de efectivo. Sin embargo, requiere detallar cada movimiento, lo que implica muchas horas de trabajo manual… es más difícil de construir… salvo que tengas una buena herramienta.

¿Qué cambió?

Hoy, con la integración entre los ERP y sistemas de análisis contable, es posible calcular el EFE por método directo en segundos, sin trabajo adicional ni cierre contable previo. Esto abre una gran oportunidad: incorporar el EFE en el reporte financiero mensual (o incluso semanal), aunque no sea obligatorio.


Conclusión

El Estado de Flujo de Efectivo revela lo que el balance y el estado de resultados no muestran:

  • Si la empresa realmente está generando efectivo o solo moviéndolo.
  • Si el crecimiento es saludable o apalancado.
  • Si hay espacio real para invertir, contratar o redistribuir recursos.

Y hoy, con las herramientas tecnológicas disponibles, ya no hay excusas para no tener este informe a la mano.

Tampoco hay razón para que un contador pierda horas valiosas construyéndolo manualmente.

El Estado de Flujo de Efectivo preciso, ya no es un lujo ni una carga: es una posibilidad concreta para gestionar mejor. Solo hay que empezar a usarlo.

 

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