En Chile, el uso de Libros Contables Electrónicos (LCE) ha tenido una evolución silenciosa, pero significativa. Aunque actualmente existen 7.397 empresas certificadas para emitir sus libros en formato electrónico, esta cifra representa solo una pequeña fracción del total. Según datos del Ministerio de Economía y el Servicio de Impuestos Internos (SII), en 2023 se contabilizaron 1.186.679 empresas activas, de las cuales solo 18.630 califican como medianas o grandes. Y es precisamente este segmento el que más se beneficia (mucho más que una pyme) al implementar LCE: libros automatizados, respaldados y firmados electrónicamente que mejoran el control, la trazabilidad y la respuesta ante fiscalizaciones.

¿Qué nos dice el gráfico? Una mirada desde las normativas (Información obtenida del SII)

La evolución de empresas certificadas con Libros Contables Electrónicos (LCE) parte lentamente en el año 2005, tras la emisión de la Resolución Exenta N° 150 del Servicio de Impuestos Internos , que permitió por primera vez reemplazar el respaldo de los libros contables obligatorios en papel por versiones electrónicas, siempre que cumplieran con los requisitos técnicos y fueran autorizadas por el SII.

Entre 2006 y 2010 la adopción fue baja, en parte porque el entorno aún era reticente a cambiar respaldos físicos por electrónicos y, no existía una exigencia masiva. Además, la versión original de la resolución incluía la obligación de enviar un informe mensual con el resumen de los libros, lo que generó resistencia en el mundo contable de la época. Frente a ese escenario, el SII ajustó esta ley incorporando un párrafo que aclaraba que dicho envío sería anual, y además de carácter simple. Ese cambio dio mayor viabilidad al sistema y marcó el punto de partida real para la adopción del respaldo electrónico.

A partir de 2011 se nota un salto: más de 300 empresas se certificaron ese año, impulsadas por un mejor conocimiento de la normativa y por los avances tecnológicos disponibles. A esa fecha, ya existían 11 empresas proveedoras autorizadas por el SII para ofrecer soluciones de Libros Contables Electrónicos, lo que facilitó la implementación en distintos sectores. No se trataba de un único sistema estándar, sino de desarrollos independientes: cada proveedor creó su propia solución, cumpliendo con los requisitos técnicos definidos por el SII. Esto permitió que más organizaciones confiaran en el respaldo digital como una alternativa viable, ajustada a sus realidades.

En 2013, el número vuelve a crecer de forma importante, probablemente influido por un aumento en las fiscalizaciones del SII y el fortalecimiento de las políticas de control tributario del gobierno.

El año 2017 marca el peak histórico del gráfico, con más de 1.100 nuevas empresas certificadas. ¿Qué ocurrió ese año? Coincide con la plena entrada en vigencia de la Ley N° 20.727, que hizo obligatoria la Factura Electrónica para casi la totalidad de los contribuyentes.

En ese contexto, es importante recordar que en esa época el SII no recibía automáticamente una copia de cada factura emitida, por lo tanto, la responsabilidad del contribuyente era enviar mensualmente los Libros Electrónicos de Compras y Ventas. Esta obligación llevó a muchas empresas a certificarse en el sistema de Libros Contables Electrónicos, no necesariamente por una decisión de gestión, sino como una forma de cumplir formalmente con el requerimiento del SII.

Un detalle que vale la pena mencionar: en TecnoManquehue hemos notado un patrón que se repite. Muchas empresas que se certificaron en 2017 como emisoras de Libros Contables Electrónicos lo hicieron únicamente para cumplir con el envío mensual del Libro de Compras y Ventas, en el contexto de la obligatoriedad de la factura electrónica. Lo que pocas sabían —y muchos proveedores no explicaron— es que al estar certificadas, también adquieren la obligación de enviar, al menos una vez al año, los libros Diario, Mayor y Balance, en formato electrónico y firmado digitalmente. El resultado es claro: hoy llegan a nosotros empresas que ya están autorizadas por el SII, pero que están atrasadas en sus envíos. No por negligencia, sino por desconocimiento. Lo que partió como una solución puntual terminó generando un riesgo innecesario, por falta de acompañamiento y orientación técnica.

De la expansión al estancamiento, con una pausa inesperada

Después del peak histórico de 2017, con más de 1.100 empresas certificadas, la adopción de Libros Contables Electrónicos comenzó a estabilizarse. En 2019 se mantuvo el interés, pero en 2020 la pandemia trajo incertidumbre, desorden operativo y prioridades más urgentes para muchas organizaciones.

¿Qué pasó el 2021 entonces? Sorprendió con una recuperación positiva: cerca de 600 nuevas empresas se certificaron ese año. Este repunte coincidió con la publicación de la Resolución Exenta N° 13 del SII, que complementó la antigua Resolución N° 150 y formalizó la estructura de los libros auxiliares electrónicos (Remuneraciones, Honorarios, Activo Fijo, entre otros), lo que trajo mayor claridad y empujó a muchas empresas a avanzar a Modo Contabilidad Electrónica, en plena crisis sanitaria.

En 2023 se mantuvo un ritmo bajo, con alrededor de 700 nuevas certificaciones. Y si bien los datos de 2025, están con corte a abril, aún no muestran un despegue fuerte. Trabajando en TecnoManquehuevemos con optimismo lo que viene, porque cada semana son más las empresas que se acercan buscando soluciones claras para ordenar su contabilidad y cumplir con lo exigido por el SII.

En ese contexto, es importante destacar que hoy en día existen sólo 17 empresas de software autorizadas por el Servicio de Impuestos Internos para prestar el servicio de implementación de Libros Contables Electrónicos, entre ellas TecnoManquehue. Esto no es un dato menor: demuestra que no se trata de una solución masiva, sino de un servicio especializado, que exige cumplir con requisitos técnicos, normativos y de respaldo electrónico real.

¿Por qué esperar a que sea obligatorio?

El patrón es claro: cuando una norma se vuelve exigible, la demanda explota… y con ella los costos, los tiempos de implementación y la urgencia mal gestionada. ¿Por qué no anticiparse? Si ya sabemos que el camino es hacia lo electrónico, postergar la decisión solo expone a las empresas a mayores presiones más adelante. Hoy, con tiempo, es posible planificar una implementación ordenada, formar al equipo, hacer pruebas, y adaptar los procesos internos sin estrés. Lo decimos en todas las DEMOS: la Resolución N° 13 de 2021 no es solo una actualización técnica. Es una señal clara del SII. La “lápida al papel” ya está redactada. La contabilidad electrónica no es una moda, es el estándar que se viene, probablemente más pronto de lo que creemos.

Pero entonces, ¿qué pasa con las otras 11.233 empresas medianas y grandes que aún no han certificado su sistema ante el SII? ¿Seguirán imprimiendo libros o esperando una obligación explícita? La historia reciente muestra que anticiparse rinde frutos… y que el papel tiene los días contados.


Para conocimiento de todos, comparto los siguientes links, que les puede parecer interesantes:

RESOLUCION EXENTA SII N°150.- 2005: ESTABLECE NORMAS Y PROCEDIMIENTOS DE OPERACIÓN DE LA CONTABILIDAD ELECTRÓNICA: https://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2005/reso150.htm

RESOLUCIÓN EX. SII N° 13.- 2021: ESTABLECE NORMAS Y PROCEDIMIENTOS DE OPERACIÓN DE LOS LIBROS ADICIONALES O AUXILIARES ELECTRÓNICOS: https://www.sii.cl/normativa_legislacion/resoluciones/2021/reso13.pdf

Listado de proveedores autorizados LCE – SII: https://www.sii.cl/e_contabilidad/empresas_autorizadas.html

 

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